Tenemos el puño, puño esperanzador porque todo cambiará

Miren el hervidero de vigilantes para rociarle flores al estudiante, miren como relumbran carabineros para ofrecerle premios a los obreros; miren como se visten cabo y sargento para teñir de rojo los pavimentos, miren como profanan la sacristía con pieles y sombreros de hipocresía.- Violeta Parra – “Miren como sonríen”

Nuestra América se estremece a lo largo de la columna vertebral de los Andes. Vientos del pueblo inician una nueva era que, con dientes afilados, le rugen al capitalismo depredador. No es la inexperta, ni la infantilista América. La raíz que se yergue desde adentro florece en cada grito de libertad, cada momento de rebeldía y 500 años de inclaudicable resistencia.

No es para menos la respuesta que hemos dado estos últimos años frente al águila del norte, que pretende apretar con garras nuestros sueños, queriendo recuperar una hegemonía que ha ido perdiendo durante las últimas décadas. No es para menos: el saqueo, la desigualdad, la miseria y el hambre; tienen como respuesta la organización desde abajo, las grandes movilizaciones y los procesos de lucha a lo largo y ancho de nuestro continente.

En las últimas semanas vimos el estallido del pueblo de Ecuador, contra las políticas de ajuste impulsadas por Lenin Moreno, siguiendo las recetas del Fondo Monetario Internacional. Estas recetas se ven reflejadas en el alza de los precios que implicaba el decreto 883, pero nuestra América indígena, negra, marrona, mestiza, racializada y organizada no ha retrocedido en el proceso de violencia estatal, de toque de queda y represión.

Haití fue esa gran gesta independentista, la primera de nuestra América que convirtió la esclavitud negra y africana en una nueva república libre, lejos del dominio imperial, pero ese ejemplo para todxs lxs oprimidxs del mundo no podía repetirse y ha sido objeto de nuevas formas de opresión y colonialismo, 60 años de bloqueo económico y una injerencia norteamericana asfixiante, que saquea los esfuerzos haitianos. La fuerza indoblegable del pueblo, se ha expresado en los últimos años y hasta el día de hoy, lleva su sexta semana consecutiva de protestas, con un saldo segundo las Naciones Unidas de 30 muertos por la represión del presidente Moise para asegurar los intereses del FMI y los grandes aumentos en combustibles, sumado a la grave crisis económica, social y humanitaria.

En Perú bajo la consigna #QueSeVayanTodos apuesta a desmantelar las estructuras neoliberales enquistadas en el parlamento de mayoría fujimorista, principal impulsor de estas políticas en la década de los 90. Las movilizaciones estudiantiles, feministas, indígenas y campesinas, remarcan la necesidad de una construcción genuina de medidas a favor del pueblo peruano, construyendo un Estado Plurinacional que se evidencie en la constitución.

En Uruguay, miles de personas se manifestaron en contra de la Reforma de la Constitución que otorga nuevas facultades a las FFAA. La Reforma, instalada con el rótulo “vivir sin miedo” busca militarizar las calles para reprimir, habilita allanamientos incluso nocturnos y hasta permitirá la aplicación de condenas perpetuas para crímenes menores, dotando de mayor poder al negocio de las penitenciarias y las fuerzas represivas del Estado, mientras saqueadores de guantes blancos se pasean por paraísos fiscales.

Sin embargo, es la estrella chilena, la que se alza en el cielo de la noche, iluminando desde el sur del continente la lucha estudiantil contra el alza de los precios en el metro como gota que rebalsa el vaso, pero que cristaliza una larga trayectoria de protestas contra el “milagro chileno” que no ha sido más que una desigualdad económica de larga trayectoria, una desigualdad política, ante la ley y ante las oportunidades por una vida digna. No son solo estudiantes que vienen resistiendo a las reformas educativas y a la criminalización en las escuelas. Lxs trabajadorxs de Santiago de Chile permanecen en las calles, a pesar de la respuesta de militarizar el país por parte del presidente Piñera que declara “estamos en guerra” frente a los reclamos por el desmantelamiento de derechos sociales, contra la privatización y la mercantilización de todos los aspectos de la vida.

Con rapidez se viralizaron los vídeos de las muertes ocasionadas por los militares y pacos chilenos, derramando la sangre de decenas de personas, miles de detenciones, torturas, desapariciones, abusos y violaciones sexuales por parte de carabineros, militares y policías. Solamente por reclamar un reparto más equitativo de la economía, solamente por adquirir conciencia, solamente por ponerle cuerpo a la voz, solamente por pensar en otra salida a nuestras cotidianas penurias. Distintos sindicatos, organizaciones sociales y movimientos feministas anuncian un paro nacional que se suma a los cacerolazos de distintas ciudades de nuestrxs hermanxs. El mayor sindicato minero privado de Chile anuncia la paralización total de la minería, en solidaridad al pueblo chileno, defendiendo la igualdad, la justicia, el trabajo y la vida digna de nuestra gente. Es importante comprender este proceso que se viene gestando desde abajo, convocando a través de las redes sociales y organizándose en multitudinarias protestas para que renuncie Piñera, para que los militares abandonen las calles y que escuchen la voz del pueblo. Hoy viernes 25, más de un millón de personas coparon la plaza de Italia en Santiago de Chile y replicas en todo el país.

Somos conscientes de los grandes intereses capitalistas, imperialistas y coloniales a los que nos enfrentamos, somos concientes a las estructuras opresivas del patriarcado que buscan digitar nuestras vidas, nuestros deseos y derechos. Fuimos más de tres millones movilizadxs en Sao Pablo-Brasil, contra la reacción misógina y homo-lesbo-odiante encarnada en Bolsonaro, pero que se evidencia en una sociedad intolerante contra el histórico reclamo de la comunidad LGBTTTIQ.
Somos millones reclamando por el derecho al aborto Legal, Seguro y Gratuito en Argentina, somos los acampes de los barrios por el reclamo de una vida digna, salarios justos y mejor calidad de nuestras vidas, somos las 40 universidades tomadas a 100 años de la reforma universitaria, somos los docentes en pie de lucha en Chubut, somos las jornadas de diciembre contra la reforma previsional y también somos el #FueraMacri expresado en las urnas.

Nuevos vientos recorren el mundo que resisten a las políticas empresariales y especuladoras de los bancos, a los grandes medios de desinformación, a la represión sistemática del Estado, a la judicialización y la criminalización de quienes levantamos la voz contra este sistema de miseria y hambre. Las protestas se recrudecen frente a quienes quieren tapar con cañones sus oídos, frente a las medidas de Macron en Francia y la heroica batalla de lxs Chalecos Amarillos. El antifascismo catalán que reclama por lxs 180 presos politicxs se expresó multitudinariamente en las calles en favor de la autodeterminación de Catalunya. Mientras el pueblo Kurdo en Rojava resiste los bombardeos de Turquía y un genocidio que traspasa las fronteras de Siria, Irak e Irán.Nuestra América no está sola, estos vientos nos atraviesan y nos empujan hacia otro mundo, hacia otras lógicas de construcción, hacia nuevas costas de un mundo ecosocialista, feminista y digno de ser vivido. Avanzamos en ese sentido y nos solidarizamos con las grandes gestas de nuestrxs hermanos y hermanas, de nuestras comunidades indígenas, de la solidaridad entre pueblos y contra toda forma de explotación.

¡Venceremos!