Imponente movilización a Plaza de Mayo: acciones por abajo para frenar el ajuste de arriba

Mientras el gobierno se tomó una semana para adentrarse en una “rosca” interna que destrabe la crisis generada por la derrota de las últimas PASO, organizaciones sociales, sindicales y políticas salieron a la calle con un objetivo claro; derrotar el ajuste en curso.

Se llevaron a cabo decena de movilizaciones en todo el país con epicentro en Plaza de Mayo donde se congregaron alrededor de 50 mil personas. Las consignas no solo se centraron en la necesidad de avanzar en un salario igual a la canasta básica sino también en el rechazo a los acuerdos con el FMI, así como una agenda que impulse aún más las luchas feministas y socioambientales que se desarrollan en el país.

Las críticas al nuevo gabinete y a la consolidación de la perspectiva patriarcal y represiva se vieron condensadas en un amplio pañuelazo en la plaza ante un palco mayoritariamente de compañeras y compañeres que dieron inicio a una consigna que vino para quedarse: “Fuera Manzur” / “Fuera Aníbal Fernández”.

En paralelo a que se desarrollaba la masiva movilización, el gobierno pretendía cambiar la cara de la derrota electoral otorgando, a través del Consejo del Salario, un magro aumento del salario vital y móvil del 16%, a pagarse en tres tramos no acumulativos, es decir un 9% en septiembre, 4% en octubre y 3% en febrero de 2022. Los números asombran… por lo miserables. El monto total llegó $33 mil pesos cuando una familia tipo necesitó $67 mil.577 para no ser pobre (INDEC).

En la capital, las concentraciones y movilizaciones se llevaron a cabo desde distintos puntos. En nuestro caso, apostamos a hacerlo desde el obelisco congregando a la articulación de las organizaciones sociales (FOL-MDP-FAR-FOB-OLP) con sectores sindicales y a la “Autoconvocatoria x la suspensión del pago e investigación de la deuda”, entre otros. Así avanzamos e ingresamos a la Plaza de Mayo por Diagonal Norte confluyendo con las columnas que ingresaban por Avenida de Mayo y Diagonal Sur.

Aquellas organizaciones que vemos la necesidad de reagrupar una izquierda dialógica, prefigurativa y que retome la perspectiva del Poder Popular desde abajo venimos dando pequeños pasos en la unidad de la militancia que se halla en esa perspectiva. Ayer fue uno de los episodios de una película que pretendemos construir, buscando retomar la iniciativa que hemos perdido en los últimos años y que supimos construir en otros momentos de la historia reciente.

Somos conscientes de las diferencias y matices que mantenemos dentro de la unidad de acción que se vio reflejada ayer en la Plaza de Mayo (PO, MST, BdP, entre otras), pero entendemos que en un escenario como el actual donde el 50% de la población es pobre y más del 10% desocupada es necesario revertir la relación de fuerzas ante un Estado y una clase dominante que discute hacia el interior la magnitud del recorte pero no el recorte en sí mismo. No hay grieta entre oficialistas y opositores respecto a pagarle o no al FMI. Si a esta situación le sumamos la disgregación del campo popular, la necesidad de la unidad se vuelve más imperiosa y necesaria, y quien no trabaje para ello estará recayendo en la lógica sectaria tantas veces criticada desde nuestros espacios.

Ayer pudimos avanzar un poco en ese sentido aunque falta mucho camino por recorrer, principalmente en la arena de la discusión política/estratégica donde necesitamos retomar balances y perspectivas respecto a qué tipo de izquierda queremos construir, de qué fracasos venimos y hacia donde vamos en el anhelo de salir de la inmovilidad para, de una vez por todas, empezar a poner de pie una alternativa propia desde esta izquierda, en la perspectiva del poder popular, feminista y socialista.