Votamos y llamamos a votar al FIT- Unidad

Por la construcción de una alternativa política de la clase trabajadora y los sectores populares

El impacto de los resultados electorales en las PASO marcó un profundo quiebre en el escenario político nacional. Sumergió al Gobierno nacional en una indudable crisis y en una dura interna que tomó estado público, forzando modificaciones en el gabinete, mientras que aceleró la disputa por las candidaturas presidenciales de Juntos por el Cambio (JxC).

Las elecciones primarias dejaron ver también el avance de una derecha ultraliberal y antipolítica que tracciona a un sector de la derecha de JxC y como contrapartida la presencia de una representación de la izquierda anticapitalista, cuyo centro indudable es el FIT – Unidad, que logró posicionarse como tercera fuerza a nivel nacional, aunque aún lejos de los bloques mayoritarios (excepto en Jujuy, donde superó el 20% de los votos).

A contramano de las genuinas aspiraciones de un sector de la población que espera respuestas económicas y sociales progresivas por parte del gobierno nacional, los cambios en el gabinete nacional -con Juan Manzur y Aníbal Fernández a la cabeza-, suponen un repliegue del Frente de Todos hacia el pejotismo tradicional y de derecha,  ampliamente conocido y padecido por nuestro pueblo trabajador,  en una apuesta a contener la crisis con mayor gobernabilidad, y una clara línea de continuidad del ajuste y fortalecimiento de las fuerzas represivas.

El reciente pago de US$ 1.884 millones al FMI deja bien en claro que el Gobierno nacional ratificó el rumbo económico general, cuyas consecuencias de pobreza, desigualdad social y desocupación, exacerbadas por la pandemia, forman parte de las razones de la impresionante pérdida de 5 millones de votos de su frente electoral en comparación con las elecciones de 2019.

La coyuntura impone establecer prioridades, y el oficialismo continúa optando por los acreedores (privados y de organismos multilaterales) de una deuda usuraria, ilegítima e ilegal. Con esos recursos que se volvieron a fugar días atrás, se podría haber pagado un bono de $27.000 a 7 millones de jubilados y jubiladas; o construido 41.866 viviendas populares de calidad para brindar alguna respuesta parcial a las acuciantes necesidades habitacionales de las franjas más castigadas de la población.

La pretensión de enfrentar con más derecha a la derecha más reaccionaria y cipaya, enemiga histórica del pueblo trabajador, puede tener como consecuencia una aceleración del proceso de reinstalación de Juntos por el Cambio como alternativa de recambio gubernamental para 2023. Al respecto, corresponde tener bien presente las consecuencias nefastas para el pueblo trabajador de la gestión de gobierno de Cambiemos de 2015/2019 y el fenomenal endeudamiento externo que incrementó brutalmente y que condicionará al país por varias generaciones.

Si bien el 12 de septiembre último no se evidenció un “giro a derecha” general de la sociedad, no nos pasa desapercibida la aparición de una ultra-derecha que es parte de un fenómeno global producto de la crisis de legitimidad del neoliberalismo a escala mundial, que recoge parte de la rebeldía juvenil ante la falta de alternativas. De repetir su voto en las elecciones generales de noviembre, tendrá una importante representación parlamentaria y con ella también habrá que confrontar.

En este marco, es que afirmamos que el resultado electoral de estas internas es expresión del profundo hartazgo y desilusión popular, frente a un sostenido ajuste de las condiciones de vida de nuestro pueblo, e indignación por las actitudes reñidas con la ética y la moral de diversos funcionarios y del propio presidente de la Nación.

Ése y no otro fue el “mensaje” de las urnas, que junto con la caída de la participación electoral incluyó también un crecimiento del voto en blanco. Ese grito de bronca y disconformidad debe ser canalizado hacia salidas de fondo que favorezcan al pueblo trabajador, en disputa frontal con quienes procuran convertirlo en base social de sustentación de engendros político-electorales y falsas rebeldías cada vez más derechistas y pro-fascistas, opciones que sólo pueden acarrear más frustración y dolor para nuestra sociedad. 

El 14 de noviembre votamos y llamamos a votar por el FIT-U

Las, les y los firmantes de esta declaración depositamos nuestras expectativas en el protagonismo popular, en el avance y triunfo de las múltiples luchas que emprende nuestro pueblo y sus múltiples esfuerzos por romper con las cadenas de la dependencia imperialista. Entendemos que en el terreno electoral es muy importante que puedan consolidarse voces y lineamientos programáticos alternativos al “consenso fondomonetarista” que, en los hechos, comparten ambas coaliciones políticas dominantes (FdT y JxC).

De esta necesidad y convencimiento surge nuestro llamado a votar las candidaturas del FIT-U en todo el país. Lejos de ocultar nuestros matices y diferencias políticas con varios de los enfoques y prácticas de los partidos que lo conforman (en especial, en el terreno nuestroamericano e internacional, y en una práctica que dificulta la ampliación de una fuerza más extendida), partimos de ellas para expresar nuestro acompañamiento. Reconocemos a la vez, la presencia que llevan adelante en la mayoría de las luchas de la clase trabajadora, así como sus posicionamientos claros en contra del acuerdo con el FMI, y en contra de las políticas extractivistas, por mencionar algunos ejemplos. Es por esto que, con vocación unitaria y plural, con el fin de ampliar ese apoyo entre más corrientes de la izquierda anticapitalista, sectores independientes y del movimiento popular en general, realizamos esta declaración de cara a las elecciones legislativas de noviembre.

 Sostenemos necesario construir unidad en la izquierda para crecer; un frente que habilite y dialogue con otros sectores de izquierda en lucha, desde la vocación política y en sentido programático, especialmente ante un contexto de crisis política y social como el que transitamos. Apostamos a construir una fuerza política anticapitalista y antiimperialista, feminista y popular, un amplio frente de las distintas corrientes de la izquierda y de nuestro pueblo trabajador. Y poder lograr desde allí, un cauce de construcción con el protagonismo de nuestra clase, capaz de unificar a la mayor cantidad de corrientes de estas características, para competir en las elecciones presidenciales de 2023.

Nuestro pronunciamiento se afirma en lineamientos programáticos claros que sólo pueden ser desplegados mediante una amplia y enérgica movilización popular:

  • Por el desconocimiento soberano de la deuda ilegal, ilegítima y fraudulenta, por la suspensión inmediata de los pagos y exhaustiva investigación, como parte de un conjunto de medidas que permitan asegurar para nuestro pueblo los beneficios del comercio exterior y los recursos del ahorro nacional.
  • Por el cambio del modelo extractivista y de saqueo, por otra relación con el ambiente y  los bienes comunes, por un modelo  productivo al servicio de las mayorías populares. Por la recuperación de la soberanía sobre todas nuestras riquezas, bienes comunes y vías navegables, que debemos ser capaces de preservar en pugna con el modelo extractivista y de saqueo.  
  • Por mayores avances para nuestra clase trabajadora, por salarios dignos que cubran la canasta familiar, reparto de las horas de trabajo y el fin de la precarización y tercerización.
  • Por nuevos triunfos y conquistas del movimiento de mujeres y disidencias, que ya hizo historia y que continuará escribiendo nuevos capítulos. Implementación efectiva de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, educación sexual integral en todas las escuelas del país y acceso gratuito a anticonceptivos. Políticas públicas integrales, de calidad y con presupuesto acorde, que garanticen el acceso a derechos, promuevan la prevención y pongan freno a los abusos sexuales, femicidios, travesticidios, crímenes y ataques de odio. Separación de la iglesia y el Estado ya!
  • Por salud, educación y vivienda para nuestro pueblo como prioridad absoluta frente a la voracidad de quienes viven de la especulación y superexplotación de la clase trabajadora.

Con estas definiciones y planteos programáticos, el 14 de noviembre votamos al FIT-Unidad, en todo el país, para enfrentar con una alternativa las variantes de derecha y ultra-derecha, para consolidar lo alcanzado en las PASO y ampliar su representación parlamentaria; porque continuamos apostando a una alternativa política plural de las, les y los de abajo, obrera y popular, anticapitalista, antiimperialista, feminista y ecosocialista, en defensa de nuestros bienes comunes, contra el saqueo y la contaminación.

PRIMERAS FIRMAS:

Claudio Katz, integrante de Economistas de Izquierda (EDI)

Eduardo Lucita, integrante de Economistas de Izquierda (EDI)

Guillermo Cieza, integrante de Tramas periodismo en movimiento

Mariano Feliz, economista

Juan Pablo Casiello, Secretario Gremial AMSAFE Rosario

Silvia Adoue, docente de la Escuela Florestan Fernandes MST Brasil

Aldo Casas, Revista Herramienta

Sergio Nicanoff, miembro de Contrahegemoniaweb

Sergio Z, miembro de Contrahegemoniaweb

Zulema González, feminista, de la diáspora Palestina, miembro de Contrahegemoniaweb

Fernando Coll, miembro de Contrahegemoniaweb

Marcos Britos, miembro de Contrahegemoniaweb

Gustavo Wexler, docente

German Kallsen, docente, ferroviario despedido de la huelga de 1991

Raúl Ramos, ferroviario despedido de la huelga de 1991

Luis Poetto, ferroviario despedido de la huelga de 1991

Comuna docente (SUTEBA La Matanza)

Marabunta, Corriente Social y Política

Hilo Rojo – Colectivx Militante

Movimiento de los Pueblos: Por un socialismo feminista desde abajo (Frente Popular Darío Santillán – Corriente Plurinacional / Izquierda Latinoamericana Socialista / Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social / Movimiento 8 de abril)


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