“Todo lo que pueda quedar en manos del sector privado, quedará en manos del sector privado”. La frase triunfal del nuevo presidente señaló el rumbo de su gobierno pero involuntariamente dejó traslucir las tensiones que tendrá para cumplirlo. La definición de qué es lo que puede quedar en manos privadas y aquello que no, será resultado de las luchas que llevemos adelante. Los próximos meses serán decisivos.
Volvemos al Encuentro a fortalecer las alianzas y a re-tejer las redes comunitarias que armamos por abajo todos estos años. Volvemos a recuperar las formas organizativas que supimos construir para batallar, para hacer visibles la opresión y la desigualdad, para pelear por lo nuestro, por hacer más vivible esta vida que pasamos quienes somos pobres, aún siendo asalariades. En un contexto de violencia radicalizada, más que nunca urge organizarse: sostener lo construido e ir por más. Ganar espacios. Recomponer la fuerza movilizada. Recuperar terreno.
La masacre del 26 de junio del 2002 no buscó otra cosa que quebrar la capacidad de movilización del movimiento piquetero. El régimen se reacomodaba entonces con velocidad, se relegitimaba tras los coletazos de la crisis del diciembre anterior y nuevos vientos empezaban a correr.
Hoy por hoy sigue siendo necesario apostar a construir ese por abajo, esa radicalidad en la lucha, en el enfrentamiento, también en lo cotidiano. Trabajar esa insubordinación, ese ya basta y al mismo tiempo trabajar en una alternativa política para que finalmente se vayan todos y podamos construir un verdadero autogobierno popular.
Desde octubre de 2019, América Latina es sacudida por gigantescas movilizaciones. Emergen altos niveles de radicalidad, protagonismo popular y experimentación de procesos organizativos que dialogan entre la espontaneidad y la acción política consciente. Estos procesos abiertos tuvieron que lidiar con la pandemia de COVID 19, las restricciones de circulación y el desafío de la cristalización de una nueva correlación de fuerzas
Así como aquel 1ro de mayo en Chicago en 1886 el movimiento obrero reclamaba “ocho horas para trabajar, ocho horas para descansar y ocho horas para hacer lo que se nos dé la gana”, hoy es tiempo de disputar de qué forma se produce y cómo se distribuyen el trabajo y las tareas de cuidado, undamentales para el sostén de la vida. Como aquella foto de la bandera colgada en algún balcón de Italia,nosotres también decimos: “trabajar menos, trabajar todos, producir lo necesario, redistribuirlo todo”.
Presentamos el Dossier Tierras. Producido colectivamente, potenciado desde MARABUNTA. Urgente y organizado como los análisis de una lucha que aún continúa. Desde la experiencia de la militancia territorial, desplegamos puntos de lectura para pensar Guernica en clave de totalidad. Escriben militantes territoriales y ambientalistas, feministas, abogades, geógrafos, economistas, docentes y trabajadores de la salud, entre otres. Guernica vive, la lucha sigue.
Sale el Número 2 de la Revista Teórico Política MARABUNTA con dos inquietudes principales: ¿Qué crisis es esta crisis? ¿Qué tiempo es nuestro tiempo? Nos sumergimos en la tarea de diferenciar conceptualmente las ideas de crisis económica, crisis orgánica y situación revolucionaria para descifrar qué posibilidades reales de consolidación de poder tenemos las clases subalternas
Lanzamos este primer número de Marabunta con objetivos modestos pero ambiciosos. Apostamos a disparar debates, discusiones, polémicas. Sea en la afirmación o la negación, buscamos dotar de conciencia transformadora nuestra acción política, reforzando el ejercicio de la praxis revolucionaria, del marxismo crítico y el feminismo, de acción directa y organización desde abajo. Sin duda que esta herramienta tendrá su orientación definida, pero no a costa de bloquear la necesidad de que las ideas se construyan en el clamor del debate, en el error, el acierto y los balances necesarios.
Nicolás Salas, Natalia D’Amico, Paz Santos Morón, Chempes, Ayelén Branca
Paz Santos Morón y AwkaChe La Plata
La E como marca de género no asumida, sin género, para habitar cualquier género
Somos una corriente social y política que a lo largo de toda la Argentina, territorio ancestral y plurinacional, se organiza para cambiar el mundo de raíz. En unidad con la nueva izquierda revolucionaria y los sectores en lucha para construir juntxs una alternativa política. Para crear poder popular, desde una perspectiva feminista y ecosocialista que fortalezca el horizonte de revolución social.