Plebiscito en Chile: Aprobar para barrer con la constitución de Pinochet

Este domingo se vota la nueva constitución en Chile, texto al que se llegó tras años de lucha. Aún con los límites del proyecto constitucional, y el intento de sectores del gobierno y la vieja Concertación por edulcorarlo, es necesario que los pueblos de Chile se vuelquen masivamente por el “Apruebo”. El triunfo en el referéndum es un paso más para barrer con el régimen impuesto por la dictadura, y un impulso para hacer efectivas las demandas que tomaron las calles en octubre de 2019. 

Volver a esa fecha, la rebelión de 2019, es fundamental para entender lo que está en juego. La masiva rebelión popular que se dio en todo el país significó la derrota del proyecto pinochetista, continuado durante las últimas tres décadas por un pacto que administró la transición posdictadura. En ese sentido, el acuerdo de paz firmado por los partidos con representación parlamentaria, el 15 de noviembre de aquel año, le permitió a la vieja élite encauzar la rebelión a través de la Convención Constitucional. 

La institucionalización del proceso constituyente estuvo lleno de trabas y dificultades. La más notable es que solo hubo siete meses de debate en la Convención. Las características del acuerdo de paz y la falta de una organización popular que permitiera cambiar las reglas de la Convención, impidieron realizar un proceso popular de Asamblea Constituyente. 

El borrador final del texto constitucional, sin embargo, es un avance fundamental respecto de la Constitución de Pinochet, donde destacan elementos como el reconocimiento del caracter plurinacional del país, derechos sociales, de la naturaleza y la oportunidad de avanzar en una democracia feminista, entre otros. Que gane el Apruebo sería una derrota de la derecha que se siente triunfante y generaría mejores condiciones para las luchas que se abren tras la Convención.

Todo esto a pesar de la tibieza con la que se manejó el gobierno y algunos sectores de convencionales de centro izquierda, cuyo objetivo fue contener la revuelta popular. Tanto durante la Convención Constitucional, como durante la campaña por el referéndum, revivieron las peores prácticas de la política predominante durante el periodo posterior a la dictadura. Es innegable que dentro de un sector de la campaña del Apruebo existe la expectativa de conseguir un reordenamiento del sistema político que permita la continuidad de la política de la transición. Los sectores mayoritarios del gobierno -tanto en el Frente Amplio como en el Partido Comunista- representan una continuidad de esa política que mantuvo la doctrina económica neoliberal del dictador durante las últimas tres décadas. 

Por su parte, el pinochetismo volvió a tomar aire a través de la campaña del Rechazo, que le permitió retomar la iniciativa política, en complicidad con el sistema de medios de comunicación. Sectores empresariales, terratenientes de la zona sur, y los distintos partidos de la derecha se encolumnaron en esta campaña movilizando ilimitados recursos y maquinarias electorales que increiblemente le podrían entregar sobrevida al régimen dictatorial. 

El resultado de la elección marcará de qué manera continúan los procesos de lucha en Chile. Aún cuando consideramos que aprobar la nueva constitución abre un cauce más favorable para estas luchas; el modelo social, económico, y político de Chile seguirá disputado después del plebiscito. Tras uno de los ciclos de movilización más importante de la historia, nudos centrales de las demandas populares como el fin de las AFP, la condonación del CAE (crédito universitario), la salud gratuita, aborto legal, o el fin de la criminalización del movimiento mapuche no han sido resueltos y requieren el retorno de la lucha en las calles y la construcción de organizaciones que permitan vivir en Chile -como en Argentina y el resto de América Latina- una vida que merezca ser vivida. 

Aprobar en las urnas, seguir construyendo Poder Popular en las calles, barrios, y comunidades.

A barrer con la Constitución de Pinochet y el modelo de la dictadura

Libertad a lxs presos de la revuelta

Disolución de Carabineros y justicia por lxs compas mutiladxs y asesinadxs en 2019

Libertad a Héctor Llaitul y lxs presxs políticxs mapuche. Basta de persecusión