Afuera la Ley Ómnibus, primer fracaso del gobierno de los monopolios

Fotos: Camila Flores

Cayó finalmente la Ley Ómnibus, después de un difícil trámite parlamentario, coronado por cuatro jornadas de lucha con movilizaciones populares callejeras.

Es una derrota del gobierno que nos deja a miles de laburantes, vecines de las asambleas barriales, jubilades, estudiantes, con una sensación de victoria, porque estuvimos en la calle siendo participes actives. El rechazo pudo nuclear con visible novedad al activismo cultural y las asambleas populares junto con laburantes de la salud y la militancia piquetera y política de la izquierda.

Sin embargo, este merecido respiro no nos tiene que enceguecer. La Ley llevaba adelante un ataque contra algunos sectores empresariales pymes y mercadointernistas, gobiernos provinciales, empresas y laburantes de empresas privatizadas, sectores de trabajadores cuentapropistas y estatales, de la cultura, bibliotecas populares y más.

El Gobierno retrocedió porque no logró alinear suficientes sectores en el parlamento en favor de su proyecto con las concesiones sectoriales y los favores de rigor. No es el fin del ataque, solo que ahora cambiará de forma. Su enfrentamiento con la “casta” ahora incluye a sectores hasta ayer nomás “dialoguistas”, ¿ex? aliados de su gestión.

Desde el Gobierno intentarán recalcular, salir con más iniciativa política, buscar mecanismos que intenten mostrar rápido un apoyo más directo a sus propuestas, sea con DNUs, plebiscitos u otras iniciativas, que le darán un perfil autoritario y populista. 

Enfatizamos el “rápido”, porque el impacto social del plan de ajuste ortodoxo que llevan adelante se siente en bolsillos y territorios cada vez más. Y aún restan más incrementos de tarifas, boletos, sin mejoras salariales rápidas luego de una caída abrupta desde diciembre a la fecha (luego de otra larga caída en cámara lenta). Es el corazón de la política económica del gobierno y el FMI pisar los salarios de lxs trabajadorxs para aumentar la ganancia y darle más poder a los mayores grupos económicos nacionales e internacionales.

Las luchas callejeras hicieron más urgentes y críticas las definiciones parlamentarias, pero no fueron el único factor en juego ni llegaron ni de lejos a un techo en masividad ni radicalidad.

Creemos que es importante lograr una mayor convocatoria entre los sectores de laburantes afectados, en los pueblos y ciudades de muchas provincias que serán duramente atacados si avanzan las políticas de privatizaciones y desguace estatal. También tenemos mucho más por hacer si queremos ganar el apoyo de les trabajadores que están hoy teniendo paritarias.

La correcta política de la exigencia a la CGT de un paro o un plan de lucha no puede ser lo único que nos caracterice. A pesar del rápido desgaste de la imagen gubernamental, aún es necesario seguir poniendo en debate las políticas que quiere llevar adelante Milei y el FMI y sus dramáticas consecuencias para debilitar aún más esos planes. Evitando aislarnos, queremos seguir construyendo con la mayor masividad posible los espacios y articulaciones de organización y autoorganización que puedan encarar luchas en barrios, lugares de trabajo, escuelas y universidades, etc. Sin esto, toda exigencia es papel mojado.

A aprovechar el respiro, y a redoblar los esfuerzos para lo que se viene, con la alegría del primer traspié de este gobierno ajustador, represor y empresarial.