A 1 año del Chubutazo ¡seguimos en las calles!

A 1 año del Chubutazo ¡seguimos en las calles!

En el día de hoy se cumple un año de la culminación del proceso de lucha más importante que haya atravesado a la provincia del Chubut, luego del plebiscito que le dijo No a la Mina en Esquel en el año 2003 y la masiva movilización popular que derribó las intenciones de instalar un basurero nuclear en Gastre, en el año 1996. Ese proceso lo llamamos Chubutazo o Chubutaguazo, y consistió en la movilización callejera más grande que haya visto el territorio, con epicentro en las ciudades de Rawson, Trelew, Esquel, Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia, además de tener expresión en distintos pueblos de la costa, meseta y cordillera, cuando el pueblo trabajador en su conjunto derribó las intenciones de los gobiernos provincial y nacional de impulsar una ley de zonificación minera, que permitiría en determinados yacimientos la explotación minera a gran escala.

Hace más de 25 años que la provincia de Chubut y toda la patagonia argentina es un territorio en disputa por las grandes empresas transnacionales, por las riquezas que suponen los bienes comunes alojados en los territorios. En contraposición, hace más de 25 años que el pueblo trabajador, mapuche tehuelche, los feminismos, lxs poetas y artistas, la militancia socio ambiental y lxs vecinxs en general, organizadxs en asambleas populares, luchan incansablemente por la defensa del territorio, del agua y de la vida.

Alto Valle Fumigado

Alto Valle Fumigado
Agrotóxicos en peras y manzanas: impactos en la salud y el territorio

Durante las últimas dos décadas se hizo visible la afectación de poblaciones y territorios expuestos a agrotóxicos en todo el país. El Alto Valle del río Negro no es ajeno a esta realidad, donde dos tercios de los productos utilizados en la actividad frutícola son tóxicos, y se encuentran prohibidos en regiones como la Unión Europea. En este artículo repasamos los efectos a la salud y el ambiente que provocan estas pulverizaciones y destacamos que la agroecología es la alternativa para la producción de alimentos sanos y soberanos.
Por Carla Basso y Francisco Silveira. Militantes de Tierra para Vivir en Marabunta.
1. ¿Qué es un pueblo fumigado ? ¿Existen pueblos fumigados en el Alto Valle?
Desde hace más de 25 años pobladores de zonas rurales y periurbanas de todo el país, denuncian los efectos sobre el cuerpo-territorio generados por la exposición a agrotóxicos. Pueblos fumigados que conviven no solo con la pulverización de agrotóxicos y su deriva, sino también con la manipulación y depósito de estos químicos en zonas pobladas, el desecho de envases y el acopio de alimentos impregnados de sus residuos.
La agricultura convencional se basa en un modelo de producción agroindustrial y extractivista, en el que las plantas asumen un papel de ‘minifabricas’. El suelo y la vida que contiene se exprime y erosiona, y la eficiencia de su productividad se aumenta mediante la manipulación genética y la dependencia de insumos tóxicos y contaminantes. Los agrotóxicos consiguen bajar dramáticamente las poblaciones de plagas a corto plazo, pero debido a que también eliminan a sus enemigos naturales y promueven la generación de resistencia, las plagas incrementan sus poblaciones en el mediano plazo. Así, les agricultores se ven forzades a usar más productos y en mayores concentraciones.
La matriz agroproductiva del Alto Valle se funda en un modelo exportador de frutales de “pepita” a contra-estación, esto es, proveer a los países centrales de peras y manzanas en el momento y de la forma que este mercado lo demande. El escenario valletano está liderado por unas cuantas empresas extranjeras o con participación de capitales transnacionales que manejan todos los eslabones de la cadena productiva: concentran la mayor cantidad de hectáreas frutícolas, compran gran parte de la producción del decreciente sector de medianos y pequeños fruticultores, empacan, y la comercializan principalmente a Europa, Estados Unidos, Brasil, China y Rusia.
Estas empresas garantizan que las demandas de los amigos del Norte sean el manual de producción de este lado del Sur. ¿Y qué demandan de la fruta que crece en nuestro valle? Uniformidad y calidad estética digna de fábrica, cualquier “defecto” mayor al tamaño del dedo pulgar de una clasificadora de fruta, disminuye su categoría comercial y con ello los beneficios recibidos. Además, existen estrictos límites máximos de residuos (LMR) de agrotóxicos que quedan en la fruta por parte de los países compradores, por lo que todo aquel lote que exceda estos valores considerados dañinos para la salud se comercializa dentro del mercado interno. Argentina también posee valores de LMR, pero en el caso de varios agrotóxicos los estándares son más bajos que en otros países: se permiten mayor cantidad de agrotóxicos, los controles son menos rigurosos, y no contempla la ingesta de agrotóxicos producto de la deriva del viento (ver tabla 1).
INSERTAR JPG TABLA 1
Un dato no menor a tener en cuenta es que los LMR se determinan sobre plaguicidas individuales sin tener en cuenta la exposición combinada de distintos productos y los efectos que esta mezcla pueda traer. El “sinergismo” es la capacidad de superar las secuelas que cada una de las sustancias pueda traer de manera individual al combinarlas. Cuando en el 2018 se solicitó al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) que informe sobre estos efectos, la respuesta del organismo estatal fue que el ente encargado de dicho estudio es el “Codex Alimentarius”, que hasta el día de la fecha no posee una metodología acordada y validada para la evaluación de estos efectos. En otras palabras, no se realiza estudio alguno sobre la “potenciación” de las consecuencias del uso de estos plaguicidas.
De este modo, las chacras frutícolas convencionales, en manos de empresas que responden al agronegocio exportador, son monocultivos de frutales dependientes de agrotóxicos. Estos sistemas no incluyen la dinámica de flujo de energía y ciclado de nutrientes de los ecosistemas naturales, sino que la uniformidad es sostenida en base a la insumo dependencia, la disminución de biodiversidad y la inyección de nutrientes sintéticos. Son sistemas frágiles y con tendencia a la formación de plagas resistentes. Los principios activos de los plaguicidas liberados llegan al agua por lixiviación en napas freáticas y se dispersan por el sistema de riego estructural del valle frutícola, con un alcance difícil de aseverar; y por aire, que con derivas de viento son respirados por trabajadorxs rurales, poblados y escuelas cercanas. Por estas vías afectan además a abejas, lombrices, aves y vida acuática, generan desequilibrios bioquímicos y ecológicos en el suelo, y claro, a la población expuesta a todas esas vías y a alimentos con residuos de estos principios activos.
2. ¿Con qué se fumiga en el Alto Valle? ¿Qué efectos tienen esos principios activos en los cuerpos y territorios?
En el caso del Alto Valle, a partir de la floración de los frutales en septiembre comienzan periodos de aplicaciones, tanto a calendario fijo como en función de variables bioclimáticas. En la producción local de tipo convencional de peras y manzanas se utilizan más de 20 agrotóxicos, incluyendo insecticidas, acaricidas, fungicidas y herbicidas. Máquinas neumáticas adosadas a tractores pulverizan estos químicos, conducidas por trabajadores rurales la mayoría de las veces desprovistos de la indumentaria necesaria para manipular estos productos. Las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) son el marco institucional propuesto desde el Estado y regulado por el SENASA para que las pulverizaciones de agrotóxicas sean “seguras” para la población. El único material realizado por el Programa Nacional de Prevención y Control de Intoxicaciones por Plaguicidas (Resolución MSN N° 276/10) expresa que “los agroquímicos no deben aplicarse cerca de viviendas, escuelas, centros de salud, instalaciones de abastecimiento o fuentes naturales de agua para consumo humano o animal u otros lugares que requieran protección. La distancia de seguridad debe estar determinada por las características fisico-químicas del producto, el tipo de aplicación y la legislación vigente.” Es una reglamentación que no tiene un uso práctico y se la lleva el viento, así como a las nubes de pulverización que observamos en chacras a lo largo de las rutas 151, 7 y 22.
INSERTAR GRÁFICO DE TORTAS
Se ha demostrado a lo largo de múltiples casos clínicos y estudios científicos los efectos adversos de los principios activos de estos productos e incluso de las moléculas residuales de estos, sobre los cuerpos y ambientes (Tabla 2). De hecho, la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América latina (RAP-AL), incluye numerosos principios activos aplicados en monocultivos convencionales como Pesticidas Altamente Peligrosos (PAPs). Cuando hablamos del efecto de los agrotóxicos en la salud de las personas, existen tres efectos claramente estudiados y que pueden ser determinantes en el desarrollo de un pueblo soberano de su salud y alimentación:
● DISRUPTORES ENDOCRINOS: en Argentina el 75% de los agrotóxicos detectados en los alimentos son disruptores endocrinos (hormonales). El sistema hormonal de nuestro organismo es el encargado de desarrollar y regular múltiples funciones de gran importancia como el crecimiento, el sueño, el desarrollo sexual, el metabolismo, entre otros. Estos agroquímicos tienen la capacidad de imitar o alterar el ritmo normal de nuestras hormonas generando una serie de desequilibrios, que, en muchos casos, declinan en distintas afecciones:
➔ Sexualidad: pubertad precoz – infertilidad – malformación de genitales en recién nacidos – depresión de la calidad del esperma.
➔ Metabolismo: obesidad – diabetes – trastornos tiroideos
➔ Sistema nervioso: hiperactividad – déficit de atención – desarrollo de enfermedades neurodegenerativas (Parkinson o Alzheimer) – alteración en el desarrollo normal neurológico.
➔ Reproducción: lesiones irreversibles en el crecimiento – malformaciones fetales.
● AGENTES CANCERÍGENOS: en Argentina el 40% de los agrotóxicos identificados en los alimentos se consideran probables o posibles cancerígenos en base a la Agencia de Investigación del Cáncer (IARC). La exposición reiterada a largo plazo y/o el consumo de alimentos que contengan residuos activos de los mismos aumenta la probabilidad de desarrollar esta enfermedad en la cual las células se multiplican sin control, generando masas anormales con capacidad de diseminarse por el resto del organismo. No es un dato menor que, a diferencia del resto de las provincias, los tumores sean la primera causa de muerte en Neuquén (Dirección de Estadística. Ministerio de Salud. Provincia de Neuquén).
● INHIBIDORES: el 20% de los agrotóxicos detectados en alimentos son sustancias denominadas inhibidores de las colinesterasas (Disruptores Endocrinos. Nuevas respuestas para nuevos retos. ISTAS,2012). Las colinesterasas son proteínas encargadas de que la actividad nerviosa no exceda la normalidad de nuestro organismo. Cuando estas proteínas son inhibidas su estimulación se presenta de forma exagerada, desencadenando una serie de alteraciones nerviosas:
➔ Sistema muscular: contracciones involuntarias – parálisis.
➔ Visión: dificultad para enfocar – visión borrosa.
➔ Sistema digestivo: diarrea – dolores de tipo cólicos.
➔ Sistema cardiovascular: disminución de la frecuencia cardiaca – disminución de la capacidad de contracción del corazón – disminución de la presión arterial.
➔ Sistema nervioso: parálisis de centros regulatorios vitales (depresión respiratoria o cardiaca).
En el caso de una intoxicación directa con agrotóxicos, es importante reconocer aquellos síntomas de intoxicación en base a la vía de entrada de estas sustancias:
➔ Vía respiratoria: dolor y congestión ocular – reducción de la visión – opresión de pecho – congestión de fosas nasales.
➔ Vía oral: náuseas – vómitos – diarrea – anorexia.
➔ Vía cutánea (piel): sudoración excesiva – contracción involuntaria.
Si la exposición a los mismos continúa con el paso de los años podemos encontrar degeneración de nervios que se presenta con parálisis y debilidad muscular.
La mayoría de los plaguicidas son diluídos en agua para su aplicación. Una vez utilizado el producto, si existe un sobrante en la máquina pulverizadora se descarga en el suelo de las chacras, y se enjuagan los tanques con más agua que suele conducirse a alguna acequia. Si bien muchos principios activos son degradables por condiciones de campo (la luz, microorganismos del suelo), muchos otros se transforman en moléculas igual o más tóxicas, o bien se bioacumulan, es decir, que el producto o sus productos de degradación son acumulados en tejidos de plantas o animales. En el suelo, fuente de diversos microbiomas que actualmente son foco de estudio por sus diversos servicios ecosistémicos, los efectos de los plaguicidas provocan desbalances en la mesofauna, la microbiota y en los procesos biogeoquímicos que han demostrado en numerosas investigaciones la disminución de la fertilidad natural de los suelos. Por otro lado, aunque la tendencia de desarrollo de principios activos es aumentar la selectividad de los productos, es decir que el agrotóxico sólo mate al insecto considerado plaga; muchos de los principios activos que se aplican (Tabla 2) afectan abejas y lombrices, y con seguridad también inciden en otras especies necesarias tales como biocontroladores, enemigos naturales, polinizadores, cicladores de materia orgánica, y un gran e incierto etcétera.
En ese sentido nos parece importante destacar un sentido de la salud más integral, que no se entienda sólo como la ausencia de enfermedades y formas de curarlas, sino que pueda abordarse como una relación armónica entre las personas y el ambiente que nos rodea, o incluso, entendiéndonos como parte del territorio que habitamos. Pensándonos desde el Alto Valle, existen importantes aportes desde la perspectiva de la salud mapuche que debemos considerar para una mirada intercultural de salud: si se enferman los alimentos, el aire, el agua y el suelo, nos enfermamos. Cuidarlos es también parte de cuidar nuestra salud, y en este sentido, los agrotóxicos representan una gran amenaza.
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3. ¿Se puede producir alimento sin fumigaciones?
Si pudiéramos equiparar la historia de la especie humana con 1 año calendario, la agricultura habría aparecido recién el 30 de diciembre a las 4 de la mañana. La agricultura insumo-dependiente y extractiva que nos resulta tan naturalizada, recién habría hecho su aparición 13 minutos antes de la medianoche del 31 de diciembre; tan sólo un instante en la historia de nuestra especie sobre este planeta. Y, sin embargo, en estos 13 minutos en que hemos aplicado nuestros conocimientos científicos y nuestra “sabiduría” a la agricultura, hemos contribuido a un ecocidio que pone en duda la posibilidad de alimentar a las futuras generaciones (extraído y modificado de Sarandón, 2002).
Ante este modelo contraponemos la agroecología como una convergencia de saberes ancestrales, populares y científicos respecto a sistemas naturales, con bases en conservación de recursos y el uso de principios ecológicos para diseñar y manejar agroecosistemas. Plantea la observación y el entendimiento de los ritmos, relaciones y ciclos de la mapu ñuke, y con ello pensar la producción de alimentos integrada mediante prácticas concretas como la intensa nutrición del suelo con materia orgánica, el cuidado del agua, promover la alta biodiversidad, conservación del suelo descansos, rotaciones y cultivos de cobertura, y el uso mínimo de insumos de síntesis química. El objetivo no es la rentabilidad máxima, sino más bien la producción de alimentos saludables y soberanos en armonía con el territorio.
La agroecología es un enfoque tecnológico con una base política potente que plantea objetivos claros como la emancipación humana, la superación de la opresión patriarcal, la conquista de la reforma agraria popular y la defensa de los territorios, sosteniendo acciones de lucha y resistencia que permitan alcanzar la Soberanía Alimentaria. Es por esto que la práctica agroecológica necesita ser colectiva, orgánica al movimiento, solidaria, ajustada a las condiciones materiales y políticas concretas (extraído con modificaciones Vía campesina, 2018).

Bibliografía
Barri, F. R. (2010). Pueblos fumigados en Argentina: resistencia epidemiológica comunitaria al modelo económico de los agronegocios. Ecología política, (40), 67-72.
Guía de Fitosanitarios Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE) https://guiaonline.casafe.org
Informe Alimentos y Residuos de Agrotóxicos en la Argentina. (2021) Análisis y Sistematización de los resultados de los controles oficiales del SENASA sobre presencia de agrotóxicos en frutas, hortalizas, verduras, cereales y oleaginosas, entre los años 2017 y 2019, en toda la Argentina. Naturaleza de Derechos.
Informe del 1º ENCUENTRO NACIONAL DE MÉDICOS DE PUEBLOS FUMIGADOS. Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Nacional de Córdoba. 27 y 28 de Agosto de 2010, Ciudad Universitaria, Córdoba
Manifiesto del Encuentro Plurinacional de Pueblos Fumigados. (2022). Extraído el de: https://tramas.ar/2022/03/18/manifiesto-del-encuentro-plurinacional-de-pueblos-fumigados/
Manual de Plaguicidas de Centroamérica. Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas de la Universidad Nacional (IRET-UNA). Universidad Nacional de Costa Rica. Consultado en agosto del 2022 desde: http://www.plaguicidasdecentroamerica.una.ac.cr/
‘Manual de Procedimientos, Criterios y Alcances para el Registro de Productos Fitosanitarios en la República Argentina’. Extraído el 15 de julio
del 2022 desde: https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/resoluci%C3%B3n-350-1999-59812/actualizacion
Nonna, S., Waitzman, N., & Dentone, J. M. (2011). Ambiente y residuos peligrosos. Buenos Aires: Estudio.
Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina. Consultado en septiembre del 2022 desde: https://rap-al.org/plaguicidas/
Sarandón, S. J. (2002). La agricultura como actividad transformadora del ambiente. El impacto de la agricultura intensiva de la Revolución Verde. Agroecología. El camino hacia una agricultura sustentable, 1, 23-47.
Tabla de tolerancias Límites de residuos de plaguicidas para Peras y Manzanas expresados en mg/kg (ppm) Centro de Investigación y Asistencia a la Industria (CIATI C.A.). Actualización 11/01/2022.
Vazquez, M. Á. (2014). Agricultura tóxica y pueblos fumigados en Argentina. + E: Revista de Extensión Universitaria, (4), 28-34.

Agronegocios, Megaminería. Un modelo ecocida nunca puede ser una salida para las mayorías 

Mientras la agenda de los pueblos en lucha contra el extractivismo sigue cargada de cortes de ruta, asambleas, audiencias públicas, y más; empresarios, dirigentes políticos oficialistas, los gobiernos provinciales y el gobierno nacional intentan legitimar un modelo de muerte y destrucción, combinando unas supuestas mesas de diálogo con represión.
Aquí les dejamos algunas reflexiones de los acontecimientos de este último mes, junto con la declaración del Encuentro de Pueblos Fumigados de la Provincia de Buenos Aires sobre el rechazo al Trigo HB4.

Nos quieren Monocultivo, pero seguiremos siendo monte nativo. .

hashtags

No al trigo HB4
Con nuestro pan No
Por un mar libre de petroleras
Andalgalá resiste
No a la Megaminería
Tierra para vivir

¿Por qué ganamos en Chubut? Balances de una lucha que sigue

Esta última semana, Chubut fue escenario de un proceso de lucha social de enorme magnitud. La movilización popular y masiva contra la megaminería no se limitó a una lucha antiextractivista sino que también reflejó el hartazgo de todo un pueblo contra un gobierno ajustador que atraviesa su mayor crisis de representatividad y que intenta sostenerse en el poder mediante la represión. La expansión del capital extractivista transnacional se encontró con la acción directa de esta patagonia rebelde, con el poder popular que defiende el agua, la vida y el territorio

No a la zonificación minera de Chubut

No a la zonificación minera de Chubut
Por el agua y la vida en nuestros territorios

Una vez más el gobierno de Chubut y el gobierno nacional intentan avanzar con la megaminería en la provincia mediante un proyecto de ley de zonificación minera que buscan tratar antes de fin de año. Denunciamos este intento de quiebre de la voluntad popular que históricamente se ha expresado en contra de la minería por los peligros para el agua y la vida que supondría un avance extractivista de estas características.

Seamos Naturaleza, no hay plan B: propuestas de abordaje crítico para la educación secundaria

Presentamos este Antimanual que propone herramientas de trabajo desde el aula para pensar críticamente cuatro cuestiones fundamentales que cruzan nuestra vida: la relación entre la salud, la alimentación, la energía y el feminismo con la situación socioambiental. A través de la publicación de este Antimanual, que editamos junto a Ediciones Precarias, desde Marabunta proponemos fortalecer una pedagogía socioambiental desde el aula.